martes, 16 de agosto de 2011

la cocodrila y los libros: duerme tranquilo Federico, nosotros recitaremos tus versos.

 
 
El próximo 19 de agosto se cumplen 75 años de la ejecución de Federico García Lorca. Injusto acallar a la palabra y a la libertad, a la voz del pueblo. Con él mataron también a la poesía.

Nana del caballo grande

Nana, niño, nana
del caballo grande
que no quiso el agua.
El agua era negra
dentro de las ramas.
Cuando llega el puente
se detiene y canta.
¿Quién dirá, mi niño,
lo que tiene el agua
con su larga cola
por su verde sala?

Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.
Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.

Las patas heridas,
las crines heladas,
dentro de los ojos
un puñal de plata.
Bajaban al río.
¡Ay, cómo bajaban!
La sangre corría
más fuerte que el agua.

Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.
Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.

No quiso tocar
la orilla mojada,
su belfo caliente
con moscas de plata.
A los montes duros
solo relinchaba
con el río muerto
sobre la garganta.

¡Ay caballo grande
que no quiso el agua!
¡Ay dolor de nieve,
caballo del alba!
¡No vengas! Detente,
cierra la ventana
con rama de sueños
y sueño de ramas.

Mi niño se duerme.
Mi niño se calla.
Caballo, mi niño
tiene una almohada.
Su cuna de acero.
Su colcha de holanda.

Nana, niño, nana.
¡Ay caballo grande
que no quiso el agua!
¡No vengas, no entres!
Vete a la montaña.
Por los valles grises
donde está la jaca.

Mi niño se duerme.
Mi niño descansa.

Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.
Duérmete, rosal.
que el caballo se pone a llorar.

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